Frescura

Frescura
Pero el ruido del mar no se comprende, / se desploma continuamente, insiste / una y otra vez, con un cansancio / con una voz borrosa y desganada.... [Circe Maia, 1932]

jueves

El asno del asfalto

Sos el asno del asfalto, las llaves al cuello,
el café en la mirada, tipejo de otro lugar.
Fumás a cada paso
smog con aires de grandeza
y todos nos preguntamos
qué mirás en las florerías de Almagro.
Mirás a las pibas de Perú, que estallan bajo sus jeans oscuros,
casi tan oscuros como su piel mate.
Mirás chicas que escuchan cumbia
mientras deshojan rosas, mientras
les sacan las espinas a sus historias
propias, ellas también te conocieron como asno del asfalto.
Ellas te olieron hombre y jadearon al sentir tu presencia,
pero lo saben,
saben del alud de alcohol en las heridas
saben de tu soledad agarrotada a los recuerdos,
el riacho de besos no dados
y el barro en la sonrisa.
Duele en los ojos y ellas lo saben,
asno, no las subestimes, son niñas-madres,
saben de maldeamores,
de las pieles tatuadas por dedos que no están más,
que se fueron para siempre, saben
de la brutalidad en el sexo, y saben
quienes abrieron tu puerta
con cada una de las llaves que llevás colgadas al cuello.

¿Qué buscás con tanta prisa en tu bolsillo?
¿Ganas? ¿Su foto? ¿El tiempo?
Es hora, asno, pero no una de esas horas rotas y sepias,
que guardás en tu reloj.
Ellas también las conocen, asno
y la conocen a ella, la saben hermosa
            y lejana como la luna.

Gritan ahora, de entre las flores
gritan femeninas y húmedas,
heridas cada una por su ser mujer,
por ser hijas de un rigor distinto al tuyo, asno...
Ve y bésalas, asno del asfalto de Almagro, bésalas todas
corre por la vereda muerta, alza tus muslos
 y espanta los panaderos flotando en el camino.
 Aparta las flores, sus cabellos, corre sus ojos con lágrimas
y devora esos cuellitos fríos y duros, muérdelos,
celebra sus rituales, diles que te canten himnos en su lengua natal,
viaja con ellas a los anales de Perú
y llora sus muertos
como si fueran propios.

Con ella, la otra,
que seguro aparecerá en cuanto comiencen los rituales...
hazle eso que todos llaman AMOR
en la calle o en el fondo de la florería,
pero no lo digas, házlo
no lo hagas, siéntelo
y no lo dejes de sufrir jamás.


a mi querido asno
con mucho amor; ese sentimiento tan frágil y curvilíneo
J.




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