Balconeando el corazón
El corazón, la palabra lavada.
Jorge Aulicino
Balconeando el corazón / fumo contra vidrio
humo disperso en dirección / manantial de pensamientos que se van /
son humo desapareciendo en formas
Mirar la grúa que es péndulo / ir y venir de ojos
se siente la carga sobre la cien / buscar la sorpresa en su recorrido.
Balconeando en la tarde muda / solo el pájaro se deja oír /
efímero como su vuelo desordenado / caer de plumas
y recuerdos / el pulmón de manzana es un gran nido urbano.
Amasar la propia voz enbalconada / escurrirla de otras voces
no las voces del balcón / ni las que llegan desde lejos
manosear los ecos vecinos / desmalezar la palabra.
Contemplo el sol reavivar las azoteas / recibir su tibieza última
entreabriendo las persianas con esfuerzo / rutas de aire y sol /
espaciar las durezas / heroicamente
vaciar el corazón de aire entumecido / tirar de la soga que cierra por su peso
como cansada.
Balconeando los flecos del tiempo / palpando textura de horas/
minutos / instantes
mirar sin rencor la grúa pesar en los huesos /
bambolear la calma / para sentir más calma /
balconear hamacando el corazón /
llevarlo un rato a la plaza /
a dar vueltas en calecita.
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