Se habla poco después de una muerte.
Se escribe poco.
Un tiempo después, un día que no importa,
recibís un mensaje,
estás frente a tus papeles,
la bandeja del mate a tu derecha,
todas las fotografías en tu lóbulo frontal,
junto al agujero del derrame,
y ahí ves la cara de tu amigo,
limpia, enterita, como una caricia.

Roxana Palacios. Delta. Ediciones del Dock, 2012.

Comentarios

Entradas populares