Para un amigo que me dio el tango:
"...y en un mal de ausencia se nos va la vida
siempre a la querencia dándole el adiós..."
Ojo retrovisor,
tu juventud es una escultura,
una réplica barata de La Nascita di Venere
que te trajo un familiar como recuerdo de Roma.
En cambio,
lo desnudo detrás de tu barba,
por donde patinan las palabras tibiecitas
-recién salidas de tu boca-
es noble miedo ablandando,
oculto en esa parla a la gomina.
El bicho de la nostalgia, esa pulga...
baila entre el chamullo mientras
se espesa tu mirada. Lo veo.
Ojo, no te vuelvas una foto
por el miedo a los años.
Y así como cuando el hombre sabe ser
lo propio de la compañía
el apretujarse contra otro, acurrucándose en los huecos foráneos
como el dedo al gatillo
como en el tango:
frente/cachete
palma/cintura
antebrazo/omóplato
corazón/corazón.
Que no quede aire,
entre vos y esos recuerdos;
restos de un acento náufrago en tu voz.
Ojo, hacé silencio y manyá:
atornillado a la noche,
mejor dejar el pasado en paz .
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