de La casa del deshielo
la pescadora
la mujer le daba duro a medio mundo
rumbo arriba y un simple:
¡cornalitos! que con las uñas
retiraba de entre los hilos de alambre como
una araña sabia en aguas
ponía
los pececitos en un bidón recortado a
cuchillo y esa era la tarea: verse
en el reflejo de la ría
juntar
fruto de a poco
lo demás: tanques vacíos
sonares secos en lanchas líneas fijas al
fango y a cigüeñas entre
las poses del paseante
la nube al fondo con hebillas en
el pelo pastizales y patos
picazos revoleados todo en
pompa: globo globulinas de
sol ya en el flanco del ¡mirá
qué grande es éste, nene!
y un chico corrió hasta la mujer
abrió la mano
y atragantó al pejerrey por las agallas
Joaquín Valenzuela
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