La Biblioteca del Maestro sabe darme buenas sorpresas...

Ahora reclinas la cabeza sobre islas
que limitan la presencia del ángel.
Tu cuello, como un presentimiento, 
hace eterna la palabra del poeta sin trono
que deposita su mano sobre los templos
de la gracia, del oro y de la ceguera.

Carlos Panelas - Al amoroso fuego

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