Te pido que no te olvides del resto.
No hablo de nosotros, lo digo en general.
Ayer, mientras pensaba esto caminaba del brazo de un viejo que sufrió
y lo olvido todo. Cuando pegué mi oreja a su antebrazo,
en su pulóver oí una voz que balbuceaba bajito: "te pido que no te olvides".
Ahora yo a vos: te pido que no te olvides.
El cerebro es una masa turbia, es necesario que hundas los dedos
para buscar lo conveniente. Soy capaz de apagar el pucho por la mitad,
para mostrarte como. No te olvides,
porque estamos por hundirnos y el croar de un sapo
es la única señal de lo urgente. No te olvides
de mi contradicción, de tu contradicción, de sentir que chocaron de frente:
el alma sin airbag, esquivando ambulancias.
Agarrá esto con fuerza: Vivir es no usar el cinturón de seguridad.
Como hace un rato, cuando esa llamada te hacía pasar el semáforo en rojo,
sin querer.
No te olvides de esta multa: que jaquea tu moral y te hace el tipo que no eras ayer.
Mientras pensaba esto caminaba de brazo de un viejo que sufrió y lo olvido todo.
Está bien, ya podés lavarte las manos y dejar a tu cerebro en paz.
Si no te jode, mejor me voy alejando
como el viejo, a paso lento y corto
y a empiezo a prenderme otro
y esperar, que te acuerdes del resto,
y te olvides de todo.
Muy bueno Juko! Como decía George Luis, "el olvido es el único perdón y es la única venganza". O el maestruli Marito B., "el olvido está lleno de memoria". Da para mateada, digo.
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