Y el poema que no me escribiste te lo escribo yo.

Yo te invoco, papa de la lengua. Chiflá
(dos puntos)
que estoy esperando en el zaguán de tu casa,
que me recibas
con tus bermudas de jean mordisqueadas con tijera,
que me recibas
con el mate recién cebado, en chinelas púrpuras, 
que me recibas
con la página marcada en la poesía última
y la tierra todavía húmeda en las macetas con malvones y geranios.
  
Dale, pa, abrime que estoy cansada
(exclamación)  
de leer tus palabras y no poder apoyarme en tu hombro
(nada)
de escuchar tu voz y que sea el sonido de un recuerdo 
(nada)
de sentir tu mirada y no hallar tus ojos achinándose
(nada)

Sabés cuánto te extraño
(pregunta)
Tus partecitas ya se me pegan como escamas.
(tiempo) 
Y aunque pinchen, las peino en mi piel, llena de vos. 
(vacío)
Creo que es un dolor parecido a la muerte.

Comentarios

Entradas populares