"Lo que más extraño es su amor"


Por Melisa Miranda Castro
12.06.2011 | 18.08 
 
 Desde Europa, donde participa de varios homenajes por los 25 años de la muerte de Jorge Luis Borges, María Kodama se confiesa con 7 DÍAS. Recuerdos de la vida en pareja, el agradecimiento a Vargas Llosa y cómo enfrenta los ataques de sus detractores.

Su figura ha sido tan criticada como requerida por aquellos urgidos por la necesidad de conocer un poco más sobre Jorge Luis Borges. Fue su compañera y sus ojos, cuando el escritor perdió la visión. Ella solía describirle los lugares que visitaban por primera vez con cuidadoso detalle y siempre buscando referencias de otros sitios que el autor de "El Aleph" registró con su retina antes de quedar ciego. Además de sus ojos, muchas veces fue sus manos, cuando él le dictaba sus creaciones y ella las plasmaba en el papel. Pero también fue criticada y señalada como la mujer que lo alejó de todos, y las voces contrarias se alzaron cuando quedó como su heredera.

Borges era, incluso, más grande que el padre de María Kodama, pero la admiración de ella por el escritor había surgido desde su infancia. "Me fascinó a los 5 años, después de escuchar de mi profesora de inglés la lectura y la traducción de uno de los dos poemas ingleses de Borges. Luego, más adelante, la lectura de ‘Las ruinas circulares’, que aún sigue siendo mi cuento preferido", confía María Kodama a 7 DÍAS desde Europa, donde se encuentra dictando conferencias por el vigesimoquinto aniversario de la muerte del escritor.

A los 12 años se produjo el primer encuentro en persona. Un amigo de su padre la llevó a escuchar una conferencia de Borges y descubrió que tenía algo en común con él. "Siempre quise enseñar, pero yo era una niña muy tímida y mi preocupación era no poder vencer esa timidez para poder hablar frente a una clase. Y cuando vi entrar a Borges en esa sala repleta de gente, sentí que era más tímido que yo, y lo más importante para mí no fue la conferencia, que por ser tan chica no podía comprender, sino sentir que si ese hombre podía vencer su timidez y hablar frente a esa multitud, yo podría en un futuro aún lejano, enseñar frente a los alumnos. Esa especie de pasaporte para la seguridad me lo dio sin saberlo en esa conferencia en la que lo vi por primera vez. Cuando comencé a tratarlo me fascinaron su inteligencia, su delicadeza en el trato, su prodigiosa memoria y su ternura", asegura.

EL MUNDO RECUERDA A BORGES. El 14 de junio se cumplen los 25 años de la desaparición física de Jorge Luis Borges. Pero aunque él ya no está, su figura persiste en el tiempo y en las letras. Este es un año agitado para María Kodama, su viuda y heredera. Desde hace varias semanas, la directora de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges se encuentra en Europa, asistiendo a diversos homenajes que se realizan para recordar al gran genio. Uno de los actos más destacados es la inauguración en Venecia de un laberinto creado por Randoll Coate, quien conoció al autor de "Ficciones" mientras trabajaba en el British Council. Este proyecto basado en el cuento "El jardín de los senderos que se bifurcan" lleva varios años; durante una década intentaron construirlo en Buenos Aires, pero no se pudo concretar. Aunque sí se abrirá uno en Mendoza, en los viñedos de la familia Aldao, parientes de una gran amiga del escritor.

"El mundo, sobre todo el mundo académico y, por supuesto, el de sus lectores, sigue recordando a Borges como uno de los mejores escritores que tuvo el siglo XX. Los editores y el agente literario de Borges consideran que la obra era ya clásica en vida de él, y que la permanente y casi ‘física’ presencia de Borges en el mundo entero se debe al trabajo constante de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. El mundo lo recuerda también por su ética y por la sinceridad extrema de sus declaraciones, por esa misma causa siempre polémico", destaca Kodama

- ¿El Nobel es una deuda que nunca será sldada?

-Borges deseaba que nunca fuera saldada, porque él prefería, según declaró a los periodistas, ser el mito escandinavo, el hombre al que siempre le habían negado ese premio.

-¿Cómo recibió las declaraciones de Vargas Llosa cuando le dieron el premio ("Me da un poco de vergüenza recibir el premio que no recibió Borges")?

-Vargas Llosa me emocionó mucho con esa declaración y desde lo más profundo de mi alma le agradeceré esas palabras que son como sinónimo de humildad y admiración. Estuvimos con Borges en su casa hace muchos años y ahora tuve la oportunidad de recibirlo en la fundación cuando estuvo en Buenos Aires invitado por la Feria del Libro. Estuvo muy interesado en esa visita que duró casi dos horas, para mi alegría.

-¿En la vida cotidiana, qué es lo que más extraña de Borges?

-La diversión. Borges en la vida cotidiana no era por supuesto el hombre que quieren presentar como un cliché, como un hombre sombrío, desdichado, débil de carácter, preso de los laberintos. Como todos nosotros la historia no es así de simple. Toda persona lleva en sí infinitas facetas que conforman ese brillante que es el ser único. Borges en lo cotidiano era un ser alegre, divertido, amante de las aventuras, de las cosas arriesgadas. Creo que de haber tenido buena vista hubiéramos perdido al gran escritor porque hubiese sido un hombre de acción. En una palabra extraño su amor.

-En alguna oportunidad usted confesó que a él le gustaba escuchar a los Rolling Stones y a Pink Floyd. ¿existe algún otro aspecto descontracturado del escritor?

-Cada uno de nosotros tiene múltiples facetas en su interior. Borges era un hombre muy formal en su trabajo, de un rigor extraordinario, de una exigencia consigo mismo, casi feroz, pero sabía disfrutar de la vida. Le gustaba pasear, ir al cine, escuchar conciertos de la música que a él le gustaba, le gustaban las aventuras que se presentaban en los viajes, por ejemplo sobrevolar en globo el valle de Napa. Sentía el placer de la lectura, y le gustaba escuchar efectivamente a los Rolling Stons porque decía que ellos tenían una fuerza que le era transmitida y que otros músicos no se la daban. Lo mismo que Pink Floyd cuya película de "The Wall" era una de las que más le gustaban a Borges.

- En este cuarto de siglo, ¿cuál fue el momento más difícil de sobrellevar?

-Sentirme como el catalizador de los ataques que a través de mi persona eran dirigidos realmente hacia Borges, tratando de mostrar a un ser extraordinario como un títere. Proyectando sobre mí lo que ellos trataron de hacer con Borges y fracasaron.

-Después del fallecimiento del escritor, ¿de dónde provino el intento de aprovecharse de la figura de Borges o el "ataque" hacia usted más inesperado o doloroso?

-El intento de aprovecharse de la figura de Borges no fue para mí una novedad, ya que el propio Borges me hacía notar quienes y cómo eran cada una de esas personas, que se autotitulaban sus "amigos", y que él por pereza los dejaba usar ese "título". Él ya no existe. Pude ver desde afuera hasta qué punto llega la degradación de un grupo de personas totalmente inescrupulosas que intentan difamar a alguien, que a muchos de ellos ni siquiera los conoció. Lo que puedo decir es que ese conjunto de señoras despechadas, abandonadas por Borges, y de esos señores que quieren ser sus secretarios o quieren convertirse en el propio Borges, me sometieron a una tortura moral. Siento por ellos una profunda piedad y agradecimiento.

-¿Cómo es eso?

-Piedad porque son incapaces, impotentes, para hacer sus propias vidas y porque quedaron presos de sus frustradas ambiciones. Piedad porque no han conocido ni conocerán nunca lo que es el amor. Gratitud porque por ellos pude hacer algo que para la mayoría de la gente, salvo en situaciones límites, es casi imposible de realizar, que es llegar a lo más profundo de uno mismo y encontrar el centro del alma, el carozo del alma, gracias a ellos hice ese camino y gracias a ellos descubrí que dentro de mí hay un centro que no es mérito mío, un centro formado, amalgamado, por el amor de mis padres, de mis amigos, de Borges. Un centro que nadie ni nada puede mover, ese centro es el amor, como Dante dijo en la "Divina Comedia": "el amor que mueve el sol y las estrellas".

-A esta altura, ¿le importa lo que piensen o digan sobre usted?

-Nunca me interesó. No creo ser tan importante para ocupar el pensamiento de los demás. Soy un ser libre como Borges. Entendiendo por libertad, el respeto y la responsabilidad frente a los otros. Si he luchado es para que la obra de Borges no sea desvirtuada o su figura distorsionada por los que quieren presentarlo como ellos quieren que hubiera sido.
 

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