Birabent, un tipo de "atenciones infinitas"

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Rumiante de las sencilleces del mundo, Antonio Birabent se define como un curioso. Dice haber heredado de su padre el amor por Buenos Aires. Cree que maduró a lo largo de los años no solo en la forma de componer, sino de ver el mundo.  Franco y conmovido, reflexiona sobre de la “revolucionaria” llegada  de su primer hijo.

San Telmo, doce del mediodía de un sábado que todavía no terminó de amanecer. Las veredas permanecen húmedas, hay escobas apoyadas en las paredes. Se respira aire de barrio y se oye un rumor agradable, mezcla de canto de jilguero y charla de vecinos. No hay casi tránsito, el empedrado hinchado de historias por el momento descansa virgen. En San Telmo las calles destilan esa nostalgia y melancolía tan típica de los tangos. Carlos Calvo y Perú no es una esquina más de este rincón arrabalero de Buenos Aires. En ella yace intacto El Federal, un bar notable de otro tiempo, una reliquia fileteada en 1864. Pulpería en sus inicios, fue escenario de míticas películas como “Cafetín de Buenos Aires”, y testigo de un sinfín de encuentros anónimos. En su interior se vive otra época. Pizarras que exponen los menús del día y chapas con publicidades antiguas visten las paredes. Una estantería, de techo a piso luce infinitas botellas de todos los tamaños y colores. Delante de ella, una imponente barra de madera de principios de siglo interpela al que se decide a penetrar en este cafetín porteño. Cada objeto pareciera guardar un secreto, un porqué.
 
El quejido de la puerta que se abre advierte la entrada de un hombre. De figura nítida y rasgos suaves pero definidos, saluda cálidamente a las mozas detrás de la barra. Su vestimenta es simple, esencial. Limpio en sus movimientos, se lo ve cómodo, como en casa. A simple vista, parece empatizar con la atmosfera de El Federal a la perfección, casi al punto de disolverse entre sus mesas. Es Antonio Birabent, músico, actor, lector, poeta, pero por sobre todas las cosas, el amante de Buenos Aires. Casi diáfana, su mirada trasmite una calma campera que hoy está en extinción. Su piel empapada de urbes, la barba desdibujada y un corte de pelo rústico y casero lo pintan a los ojos. Con cuarenta y dos años, Antonio pareciera no tener edad. Su personalidad condensa la múltiples facetas de infinitos hombres: Un dejo de melancolía tanguera heredada de su padre, el mítico Moris; la espontaneidad de un joven, la curiosidad y el asombro de un niño. Las palabras emanan de su boca prudentes, como si pasaran en fila una a una por un filtro. Juegan en frases ocasionales, despliegan un vocabulario atemporal y frondoso. Sin embargo, sus ideas son simples, sin sombras. Antonio Birabent: No se muestra, directamente se deja ver.

"  Los prejuicios son tontos y acotan la
experiencia. Escuchando todo, la experiencia
puede ser mucho más rica."
  Si armáramos una especie de paso a paso de tu vida, qué caminos te llevaron a donde estas parado hoy?
Creo que lo que más caracteriza a mi camino es la insistencia. Una dosis de suerte, tal  vez, algo de talento y sobre todo, mucha constancia. Siempre he estado activo, pensando o en un disco, en una canción o en un personaje que tenía ganas de hacer o en algo que me faltaba trasmitir… Son pocos los momentos en que digo: “ahora no estoy haciendo nada, descanso”. Es más, el descanso para mi es potencialmente activo, suele ser un lugar desde el que salto para hacer otra cosa. El paso a paso de mi vida es justamente eso, un montón de pasos, a veces más fáciles y a veces más difíciles, pero llenos de actividad y que he sabido llevar con bastante constancia.
 

 Te imaginabas así cuando te preguntaban de chico qué querías ser? 
Sí… (eleva su mirada, pensativo) Intuyo que lo que me pasa hoy tiene que ver, en parte, con lo que deseaba. Tal vez, de chico quería hacer muchas más cosas. Una de las ventajas de ir cumpliendo años es que esas cosas por lo menos van quedando en el pasado, las vas tachando de la lista. Es muy fuerte el momento en que decís por primera vez: “ahora soy grande”. Pero hoy, desde la condición de “grande”, te aseguro que  hay un montón de cosas que quiero seguir haciendo, por más que siga creciendo y ya las haya hecho. Discos, por ejemplo. Cuando terminamos de grabar Familia Canción, ya estaba pensando en un disco nuevo. Una especie de homenaje con todas canciones sobre Buenos Aires. Siempre tengo algo en mente que quiero hacer. Imagino que es una manera de estar un poco más cerca de esa ilusión infantil.
 

 Una pregunta trillada que te debes cansar de escuchar es: “Antonio, actor o músico?”. Quizás, te pase algo parecido con tus discos; al haber ido variando los estilos cuesta definir cual es tu género… La gente suele tener la manía de querer ponerle etiquetas a todo, pero vos le encontrás un sentido a todo lo que hacés?S
í, (ríe) reconozco que no he sido consecuente con un estilo, en ningún aspecto de mi carrera. Varío bastante, busco hacer otras cosas, no repetir. No pienso “Che este disco salió así, gustó, entonces el que viene lo hago igual”. Me gusta explorar con las canciones, con los instrumentos. Por ahí, mi condición de “no solo músico”, influya en esta situación un poco fuera de la norma. La verdad es que no me lo he propuesto, se ha ido dando así. Sin embargo, entiendo la dificultad para el que me escucha. Me imagino que el esta del otro lado debe decir: “bueno che, cómo como a este tipo, con cuchara, con tenedor…” Pero bueno es mi manera…

  Una vez dijiste: “Me interesa hacer música que me represente”, qué partes tuya reflejan tus canciones?

Es muy compleja la pregunta… (Piensa, amaga a responder, vuelve a pensar) reflejan la curiosidad. Soy muy curioso e intento trasmitir esa curiosidad a mi manera, con palabras. Juego mucho con ellas. Son una manera de romper, de ganarle a esa curiosidad, de poder decir: “esto que estoy viendo y me llama la atención, podría ser escrito así.” Mis canciones representan esa curiosidad y ese gusto por las palabras.
 

 "Yo compongo motivado por la curiosidad y las personas que
se acercan, lo hacen solo si tienen esa misma inquietud"
Notas cierta maduración a medida que sacas un CD nuevo? Qué cambia y qué se mantiene? Esto que recién te decía queda, la curiosidad. Y creo que ahora lo hago mejor que hace quince años, porque estoy un poco más cerca de ese interés genuino. Estoy un poco más cercano al corazón, se qué situación me interesa y cómo trasmitirlo. Por otro lado, es cierto que escribir canciones es cada vez más difícil, porque hay un montón de cosas que ya escribí.  Por ejemplo, te cuento algo: Tengo en la cabeza un disco nuevo y me puse una sola condición: que no hable de Buenos Aires. Por que llevo desde Demoliciones hablando mucho de la ciudad, me encanta hablar de ella, es uno de mis temas favoritos, pero no es el único. Entonces… Familia canción ha sido el paroxismo de la ciudad, demasiado. Entonces dije, bueno salgo para otro lado.

  En tus recitales cuando tocás temas nuevos nunca tocas la versión original, siempre presentan variados retoques. Me recuerda a las amas de casa que se esmeran en combinar los mismo ingredientes de distintas maneras para nunca repetir los platos…
Está bien lo que decís, porque los ingredientes son más o menos los mismos. A veces, miro alguna canción de mi primer disco que ya tiene diecisiete años (Todo Este Tiempo, 1994), Tan Frágil, por ejemplo,  y pienso que hoy podría escribirla de una manera mucho más esencial.
  

Tus letras tienen mucho de poesía, capturan instantes, están llenas de intensidades, matices, detalles…  Te gusta leer? Escribís otras cosas?
  Me gusta muchísimo leer (abre un libro que está apoyado sobre la mesa y empieza a buscar entre las paginas. Se detiene en una.) ¿Ves? (señala una oración) Leo esto y ya estoy pensando si “atenciones infinitas” podría ser un disparador. Si estar infinitamente atento es una manera de empezar una canción. No puedo evitarlo. Son mis herramientas. Una vez alguien me dijo que el leer es la mejor forma de escribir. Creo que es indudablemente así. ¡Ojo!, a veces soy muy vago leyendo o vuelvo a leer las mismas cosas. Cuando me regalan cosas nuevas es muy importante para mi porque puedo bucear en otras cosas.
"Intuyo que lo que me pasa hoy tiene que ver,
 en parte, con lo que deseaba de chico."
Hay una poesía de Joaquín Gianuzzi que dice: “La poesía no nace. /Está allí, al alcance de toda boca…” Si! Yo creo que con la música es igual, me pasa con las canciones todo el tiempo. Esta charla es una canción, esa mujer con la guía de Buenos Aires… (mira la mesa de al lado) Pero es imposible escribir sobre todo, sería agotador. Es como decir: “todas las mujeres”. Sí, bueno, todas las mujeres son hermosas en algún sentido, tienen algo, pero uno no pueden conquistar a todas….
  

Se te ve contemplativo y rumiante…  cómo te llevas con la soledad?
En realidad, he sido siempre una persona muy solitaria. Viví mucho tiempo solo… Es más, vivir en compañía es algo que todavía me resulta extraño. Preferiría tener mucho más tiempo de soledad. Por otro lado, soy muy social, trato de estar en contacto con la gente que quiero y de tener una relación cercana.Creo que la soledad es una buena estrategia, una buena manera de vivir. En la vida vamos a estar mucho tiempo solos, así que más vale que te lleves bien con tu soledad.
  

Cómo vivís el encuentro con el público en los shows? Llama la atención la que haces previa de cada tema, en la que contás alguna anécdota, en qué te inspiraste para escribirlo. Ese clima intimo, de confianza y secreto que se genera en tus recitales lo planeas o se da espontáneamente?A veces pienso si no será demasiado. (Ríe) Digo: “uh, ¿No estaré hablando mucho, no estaré contando demasiado?” Sin embargo, tengo un gran amigo que fue a mi último recital y me dijo: “Che que generosidad que tuviste, porque eso que vos haces de hablar, de contar porqués, es muy generoso. Ahora hay una postura moderna o posmoderna de no hablar.” Para mi ya fue eso, hay que comunicar. Y la verdad es que naturalmente me sale, a veces más, otras menos… voy y vengo…
 

"Me gusta mucho todo lo que remite a una
 Buenos Aires que ya no está."
 Te imaginas el perfil tu público? Está muy claro que no compones para gustar, ni tenés la fórmula para hacer un hit que pegue en todas las radios… cada CD es una sorpresa…
La verdad es que no tengo claro quién me escucha, y tampoco me he dedicado a conservar el público… (reflexiona) Quizás, si hubiera sido más cuidadoso, hubiera hecho discos más similares. Pero, bueno esta es mi manera, ¿no? El otro día encontré en internet un grupo de pocas personas, fanáticos de mi disco Cardinal (2002). Y en la descripción decía: “Ojalá que Antonio saque un disco parecido a Cardinal. P.D: igual va a sacar el disco que quiera.” (Ríe) Creo me gustó leerlo, por ahí va la cosa. Esa, me parece una buena manera de acercarse a alguien, respetando la forma de la persona. Por otro lado, la verdad es que no creo tener un público muy definido. Hay muchísimas personas que ignoran lo que hago y se sorprenden cuando lo descubren. La gente que me escucha se acerca con el ánimo de la curiosidad. Es paradójico porque yo compongo motivado por la curiosidad y las personas que se acercan, lo hacen solo si tienen esa misma inquietud. Esa es la única certeza que tengo de mi público.
  

Esto tiene que ver con como es tu relación con el  mercado discográfico, la difusión de tus discos… ¿Consiguen tus discos solo los que verdaderamente los quieren?
Sí y a veces… (ríe) He recibido reclamos de gente que quiere comprar Anatomía (2000) y no está, Azar (1997) y no está. Igual, yo aclaro que no estoy orgulloso de que la gente tenga que sufrir para conseguir los discos, me gustaría que no fuera así. O me pasa que me preguntan cuando tocás y pienso: “¿Cómo no se enteran?”. No me pone contento, es la verdad. Pero entiendo que no pertenezco al tipo de artista que tiene una difusión poderosa. Son circunstancias, y en buena medida, es lo que yo he sembrado. En estos veinte años nunca me he preguntado cómo hago para vender muchos discos, simplemente saqué todos los que quise y nadie me dijo cómo, ni cuándo. No estoy en condiciones de hacer cosas que no quiero hacer. No lo hice antes, no lo voy a hacer ahora.

  ¿Y el ambiente de la música tenés amigos? En tus recitales siempre invitas a músicos a subir al escenario…
(Se sonroja) Soy bastante tímido a la hora de invitar gente. Pero sin duda esos son los momentos que más disfruto. Es muy lindo porque te va quedando gente después de los shows y de los discos. Queda, sobre todo, el momento humano con la persona, y vale mucho eso. Yo generalmente toco con músicos que son poco mas o menos amigo míos, nunca he tenido músicos sesionistas, es decir, un profesional que va, cobra y toca, y puede hacerlo con Diego Torres, Axel (Fernando), el Indio Solari. Nunca me salió eso, siempre busqué tipos que tengan, como yo, el gusto por estar tocando.




"Una vez alguien me dijo que el leer es la
mejor forma de escribir. Creo que es indudablemente así."
Qué música escuchas?
Muy variado, me pasa como con los libros, escucho por mucho tiempo los mismos CDs hasta que de repente alguien me dice: “Che, ¿Escuchaste tal tema de Masacre?” Y me sorprendo y empiezo a escuchar eso. A veces los prejuicios son tontos y acotan la experiencia. Escuchando todo, la experiencia puede ser mucho más rica. Es muy raro que diga que una canción es una mierda o que no me interesa nada. Siempre hay algo que me llama la atención. Igual entiendo que hay tanta música y tantos libros, que es imposible querer abarcar todo lo que sale. En esos momentos, siento que es como si cada uno tuviera unas antenas que lo dirigen hacia determinadas cosas. Misteriosamente leés un comentario de un libro o un disco y pensás: “Me parece que esto sí.” Por ejemplo, yo estaba sentado acá, en este bar, hace un año y leí en el diario una nota sobre Blanco Nocturno de Ricardo Piglia. Leí la critica y crucé a la librería de enfrente y me compre el libro. Es una intuición, una manera inevitable de filtrar. En algunos casos, las cosas vienen a vos o estás preparado para recibirlas. Hay mucho de circunstancias, disparadores y misterio. Por todo esto, siempre me da mucha curiosidad saber cómo alguien llegó a escuchar mi música.

 Y Moris? Qué sentís que heredaste de él, y en qué cosas te diferencias?
(Se hamaca en el respaldo, sonríe, pareciera que su mirada se pierde entre los recuerdos) Siento que heredé, primero, la música en sí, la música en el sentido más puro, más abstracto. También heredé el oficio del cantautor, del tipo que canta lo que compone. Ese estar con el papel y el lápiz con “la atención infinita”, pensando una posible canción. Después, algo de lo urbano y tanguero, sobre todo en las letras; él tiene mucho de eso en sus canciones. La diferencia está en que somos hijos de generaciones distintas, gustos musicales muy distintos. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, y Familia Canción (2011) es un buen ejemplo, siento que estoy un poco más cerca, en sintonía con él. Lo que a él le rebota, a mi también.


"Nunca en la vida me había pasado de sentirme así, y nunca me iba a pasar hasta que tuviera un hijo."
 Cómo fue hacer Familia Canción y compartir el escenario con él?
(Congela una sonrisa pensativa) Fue muy gracioso, la pasamos muy bien. De toda la gira, el show en el ND Ateneo fue sin duda el mejor, el público estuvo muy a favor del primer tema, eso es muy importante. Y nosotros estábamos con mucha chispa. Fue una experiencia muy… (frunce el ceño buscando esa palabra) movilizadora. Tenerlo ahí al lado, saber que compartimos tanto, humanamente y musicalmente…El disco nos produjo eso a los dos, cada uno a su manera. Logramos una síntesis de todos los años juntos, en esas 10 canciones.

 Es verdad te hubiera gustado haber nacido en Buenos Aires allá por los años 30, 40… qué cosas te dan nostalgia de esa época? Cómo ves a Buenos Aires hoy?
Sí! Me hubiera encantado vivir en esta ciudad en esos años, o al menos poder visitarla un poco. Si tuviera la posibilidad de viajar en el tiempo lo haría, sin duda. Y Buenos Aires ahora… (mira por la ventana) por momentos es mi pasión y mi amor, y otras veces siento que me expulsa, me agota. Es una ciudad muy invasiva y por otro lado, fascinante. Es asombroso lo que te produce, hay algo en el espíritu del porteño que es muy lindo. Pero también es verdad que Buenos Aires esta en otras cosas, no solo en el día a día. Está en los libros, está en la música, está en otras personas que ya no están en Buenos Aires. Tengo un amigo cordobés que siempre me dice: “a mi la Buenos Aires que me gusta ya no está.” A veces no hace falta estar físicamente para estar. Para disfrutar el mundo poético de un escritor no tenés que conocerlo necesariamente, a veces basta con que leer su obra. Por ahí, entrás en una sintonía poética tremenda y decís: “¡Lo conozco!”
Algunas de tus letras hablan de Montevideo…
Me encanta Montevideo, pero voy muy poco y sufro mucho por eso. A veces pienso que hay tantas cosas que me gustaría hacer y no hago. (Levanta las cejas, y mueve su boca de un lado al otro) Todavía tengo tiempo.

 El escritor uruguayo, Juan Carlos Onetti tenía sentía una gran nostalgia por Buenos Aires y Montevideo, y situaba a sus historias en una ciudad intermedia llamada Santa María, una mezcla de las dos. En alguna de sus novelas también aparecen sierras cordobesas….
Me gusta mucho Onetti, no sabía lo de Santa María y lo de las sierras, Córdoba tambíen me gusta mucho… Parece que estamos muy cerca, en sintonía. (Sonríe sorprendido) Tengo un par de libros de él, aunque escribió muchos. En fin, la lectura es mi refugio.
  
Es como un camino para llegar a aquellos lugares, que de otra manera nunca llegaríamos. Leyendo llegás…
Leyendo llegás, es así.
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 "Buenos Aires está en otras cosas, no solo
 en el día a día: está en los libros, está en la
 música, está en otras personas que ya no
están en Buenos Aires"

  ¿Y cómo vivís hoy el día a día con un nuevo integrante en la familia?
Y…(cambia de posición, se endereza en su asiento, mientras piensa) estoy revolucionado. Igual soy muy poco diplomático para este tipo de respuestas. La gente cuando te habla de un hijo habla solo loas y flores; te digo la verdad, (se acerca como para decir un secreto) nadie me avisó que era tan desgastante. Igualmente, creo que es lógico; la aparición de una persona que tiene que ver con vos, no podría ser algo tibio. Por un lado es fabulo y fantástico, por otro lado, es la intromisión absoluta en tu vida privada. Te convertís un poco en rehén de su mundo. Pero bueno, insisto, por algo es tan poderoso. Nunca en la vida me había pasado de sentirme así, y nunca me iba a pasar hasta que tuviera un hijo. Todo hasta un hijo no es continuo: una amistad, una relación sexual, el arte, tomar café, esta charla; todas son cosas de las que podes descansar. Podes decir: “Che, me voy un rato a mi casa, nos vemos mañana, o te llamo en una semana, o no leo más tal libro, o me cansé de ver futbol.” No son cosas continuas, y tener un hijo lo es, absolutamente. Aparte, lo agotador es pensar que va a ser continuo siempre, de alguna u otra manera. Y es notable pensarlo así, porque es una relación que nunca va tener un momento en el que puedas decir: “che, descanso un poco, hay un quiebre, dejo de ocuparme de…”. Yo tengo amigos íntimos pero no pienso todo el día en ellos, ni estoy todo el día pendiente…
  
Te  lo imaginabas así o de alguna otra manera?
 Por ahora, es medio mutante. Todos los días cuando se despierta tiene una cara distinta al día anterior (bromea y ríe) Aunque, sí, me lo imaginaba un poco así… Igual, creo que todavía tiene una situación muy precaria, esta armándose, digamos… Tal vez en un par de años tenga una estructura ósea más de goma. (reflexiona y rompe el silencio) Durante mucho tiempo pensé que podía vivir sin ser padre.

Oliverio, por Girondo?Sí, así es. Me gusta mucho su poesía.

"De Moris heredé la música en sí, el oficio del cantautor y
algo de los urbano y tanguero, ese amor por Buenos Aires"
Te gustaría que sea músico?
A veces pienso que tal vez será cantante. (Agudiza la mirada, imaginandolo) Lo que es seguro es que va tener la música cerca, aunque eso no significa que se vaya a dedicar a eso. La verdad, no lo sé. Pienso bastante si me gustaría o no, pero creo que sí.. disfrutaría que haga música como yo.

 En demoliciones le dedicaste un tema a Cecilia (su pareja). Fue una especie de declaración de amor pública?
La verdad es que nunca dediqué una canción, excepto esa vez, a alguien. No he sido un dedicador, me resulta un poco cursi. Es como hacer un disco y dedicárselo a tu hijo, me parece una obviedad. Pero el caso de Cecilia, no fue muy pensado, de hecho no se iba a llamar así el tema. Yo creo que la música es un lugar no tan evidente. Por eso, los letristas cuyas letras son muy dirigidas no me atraen mucho. Tampoco es que me gusten las letras confusas, de hecho admiro a poetas o músicos, como Javier Martínez de Manal, que son clarísimos. Javier es un tipo que describe la ciudad de una manera muy realista. Pero cuando la letra va dirigida hacia alguien, hacia un público, hacia una persona, hacia un objetivo, no me gusta tanto…
  
 Y que te cautiva de una mujer?
Las mujeres son la cosa más linda que hay en el mundo, “de las mujeres mejor no hay que hablar”, diría Alejandro Dolina. (Ríe) No lo sé, cuando te gustan las mujeres, te gustan las mujeres. Es así. Va más allá de lo sexual y lo sensual, es otro tipo de atracción, que hoy no está muy de moda. Lo que impera a veces es distinto de lo que a mí me parece más llamativo en una mujer. En su totalidad, la mujer es fascinante, su manera, como habla, como se comporta… Hay un montón de cosas que me atraen de las mujeres.

  Leí que te gustaría hace un programa que recorra la Argentina contando pequeñas historias… es un sueño, un proyecto? Tengo un proyecto que sería algo así, es verdad. Pero más que recorrer el país, sería recorrer Buenos Aires, caminándola y focalizándome en diferentes cosas de la ciudad, en momentos, en personas. Hace mucho que no conduzco un programa de televisión. Me gustaría hacerme la ilusión con esa idea. Presentamos el proyecto al canal Encuentro y estamos a la espera de que se apruebe. Sería muy lindo, de verdad. Se llamaría “El caminante”.
 

Y cuáles son tus rincones preferidos en Buenos Aires?
 "Yo creo que la música es un lugar no tan evidente."
Voy variando, últimamente me llama mucho la atención La Reserva (Ecológica). Voy mucho a correr, caminar por allá, me gusta recorrerla. Es alejarse de la ciudad en otro plano. Después, disfruto los lugares de contraste, que acá en Buenos Aires está lleno. Poder ver edificios antiguos, de antes, pegados a torres; esa brutalidad un poco salvaje, ese cambalache que tiene la ciudad, me llama mucho la atención. Además, me gusta mucho todo lo que remite a una Buenos Aires que ya no está, como por ejemplo aquel buzón (señala un buzón en la vereda) Hoy es una especie de decorado pero en un momento fue vital para la comunicación, fue la sangre de la ciudad. Antes estaba lleno de buzones que se usaban, ahora nadie nunca más escribió una carta…
 
Salta a la vista que tenes una manera de ser muy particular, un mezcla de estar muy conectado con vos mismo, y al mismo tiempo muy inmerso en el mundo…
Es cierto lo que decís, es una suerte de combinación que suelo llevar desde muy chico. Tengo una especie de coraza frente a las cosas, que me permite estar inmerso en mi mundo, pero por otro lado estoy muy permeable a las cosas, a veces demasiado. Muchas veces digo: “Che, no debería estar tan atento a cosas que no debería estar atento”. Hay detalles ínfimos que me sacan un poco del centro, que van desde un animal, gestos, algunas expresiones. Esas cosas quizás, me corren de mi mundo. Es un contraste, lo sé. Y siempre lo he llevado. Creo que puedo escribir por eso. Sé ser permeable y después volver a mí. Con eso que capté, puedo encerrarme y darle una manera, una forma. Si estás muy en contacto con lo que pasa afuera y no tenés tu momento, es todo estimulación. Es como leer un libro por día, después de un año, odiás la literatura.

Se ve en tus letras que tenés gran la capacidad de sorpresa mientras que hoy hace falta hacer mucho bochinche para que algo llame la atención…
Sí, siento eso y muchas veces pienso que estoy música haciendo para casi nadie. Me pregunto: “Che para quien estoy escribiendo?”. Pienso en mis letras y digo: “alguien entenderá cuando hago menciones en las letras a lugares de Montevideo; por ejemplo, cuando en una dice ‘El ocaso oriental deslumbra la avenida’, sabrán que es el sol que cae sobre la Av. 18 de julio?” Es mi manera de ser, otras personas, quizás son más comunicativas de otra forma. Para muchos soy un bicho raro, un rebuscado o un tipo extraño, para mi es mi normalidad. Existen personas con determinada percepción que ven en mi un tipo simple con una manera de ser determinada y que comunica a través de esa manera, hay otros que no ven nada.





Texto: Julieta Troielli
Video y fotos: Julieta Troielli

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