Pensamientos de un poeta insomne
Cuando el sueño no me pica ir a la cama es rascarme con sadismo la piel hasta crear una nueva herida.
Cuando mis ideas están desveladas, esa sangre, la de la herida creada, tiene un sabor tan amargo
como morder un durazno luego de haberse lavado los dientes.
Oigo una voz que me recrimina: vos querés dormir y yo recién me levanto.
Es la poesía la que me habla, cuando ando insomne, y yo ahì, metidito en la cama, tapadito hasta el cuello, callado viendo como la habitación, el despertador, mi ropa en el perchero -trajes que esclavizan- se me ríen en la cara. Me hacen burla.
¿Qué vas a decirle mañana a tu jefe? ¿Que no dormiste porque tuviste una noche salvaje con tu amante, la inspiración?
¿Entendería que esa puta no se acuesta nos veces en tu misma cama y que si no la enamorás se va a la cama de otro?
¿Quién es tu jefe, ese gordo pelado o el lápiz y el papel?
Cuando mis ideas están desveladas, esa sangre, la de la herida creada, tiene un sabor tan amargo
como morder un durazno luego de haberse lavado los dientes.
Oigo una voz que me recrimina: vos querés dormir y yo recién me levanto.
Es la poesía la que me habla, cuando ando insomne, y yo ahì, metidito en la cama, tapadito hasta el cuello, callado viendo como la habitación, el despertador, mi ropa en el perchero -trajes que esclavizan- se me ríen en la cara. Me hacen burla.
¿Qué vas a decirle mañana a tu jefe? ¿Que no dormiste porque tuviste una noche salvaje con tu amante, la inspiración?
¿Entendería que esa puta no se acuesta nos veces en tu misma cama y que si no la enamorás se va a la cama de otro?
¿Quién es tu jefe, ese gordo pelado o el lápiz y el papel?
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