Frescura

Frescura
Pero el ruido del mar no se comprende, / se desploma continuamente, insiste / una y otra vez, con un cansancio / con una voz borrosa y desganada.... [Circe Maia, 1932]

sábado

Love story


Estábamos
tomando mate en su rancho
bajo un mediodía de oro
en las riberas, San Pedro
era y ella
doña Aurorita López
Iban y venían tramos
de vida con el amargo
Los vecinos,
la miseria, el que está
en el río come, dijo,
Dios y Evita y qué ojos tiene
m'hijita
hasta que el relato ancló
en su hombre escuchando manso

mientras hacía el estofado                      
Supe ser
buenamoza dijo y aquí
amarró su barco un hijo
del gringo Ford. Me propuso
matrimonio
Consulté a mi padre y él
que sabía yo esperaba
al que hoy es mi marido

sirviendo
de soldado allá en el sur,
me miró de frente y dijo:
"Sepa usted y para siempre,
el corazón es una achura
que no se vende"


Diana Bellessi


Alma Venturosa







Al promediar la tarde de aquel día,
cuando iba mi habitual adiós a darte,
fue una vaga congoja de dejarte
lo que me hizo saber que te quería.
Tu alma, sin comprenderlo, ya sabía…
Con tu rubor me iluminó al hablarte,
y al separarnos te pusiste aparte
del grupo, amedrentada todavía.
Fue silencio y temblor nuestra sorpresa;
mas ya la plenitud de la promesa
nos infundía un júbilo tan blando,
que nuestros labios suspiraron quedos…
Y tu alma estremecíase en tus dedos
como si se estuviera deshojando

Lugones.
La luna es una uñita
Tan delgada como el tiempo
Una caricia y un sorbo de
Cerveza helada. 

Todo eso me hace acordar a vos.

jueves

construcción


Eramos un aljibe humano
siempre diciendo que había que sacar
a tirones límpios
lo adentro, lo que se necesita para

Ella era el movimiento de poleas
como la matrona todas las mañanas
en aquellas aldeas romanas,
ella vivía sacando agua
y otras cosas
menos transparentes,
menos cristalinas
con una técnica perfecta.

Él era algo más simple, una manera de tirar,
de agarrar fuerte la soga
de hacer esa deliciosa fuerza
desde lo más hondo de sus escápulas,
arqueando toda su osamenta,
hasta que sobresalgan las costillas.
Él era ese forzar el cuerpo
hasta un límite animal.

Y yo era lo que está hundido adentro
al fondo de la niebla estacionada.
Esas manos en alto levemente
plegadas hacia dentro,
con las palmas ahuecadas
como sosteniendo bolas
de aire brumoso; pidiendo
no auxilio, sino indicando
un camino posible
                                 a un avión o a un ave.

Así podría ser una familia
Una construcción del vacío
que implica a su vez

 vaciar otra construcción

Vámonos a Vietnam

Vámonos a Vietnam, 
Juntemos de una sola vez todo
Llevemonos lo puesto, una selección de nuestros mejores libros y puchos. 
Para ver las cosas desde cielo: bastan los ojos vacíos.
Quiero llegar a Vietnam en globo con vos
Y que el camino este plagado de aguaciles y atardecer. 


Conversación entre novios





Todo se hunde, dijo la elefente.
Oh mi amor, todo se hunde, dijo el elefante.

Nunca te traiciones, aún cuando todo se hunde, dijo uno de los dos elefantes.

Salgamos del agua, él le dijo.
Salgamos a regar la pequeña flor, ella le dijo.

Porque todo se hunde, salgamos del agua, el dijo a ella.
Y apretá los diente mientras riegues la pequeña flor, ella dijo él.

Nunca te traiciones cuando riegues, se dijeron los elefantes.
Y apretá los dientes al salir del agua, dijo uno de los dos.


La flor se hunde, oh mi amor,  alguien dijo. 

Diálogo entre dos elefantes, uno joven y otro anciano, dentro de una cueva.




Che, habitemos esa suavidad post tormenta, post malón.  Mirá como el viento ya calmó
y aremolina las hojas: parece un ritual mítico.

Hay que vivir sabiendo que no hay nadie que se salva.

Dale, salgamos de una vez. No te traiciones mordiendo tierra vuelta polvo,
dejá ya esas particulas de una orilla re lejana.

El musgo estacionado en tus mandibulas ya es saliva:
es el color de tu nueva voz.

Mirá la tribu, míralos. Están dele mano sobre boca, mano sobre boca
puro grito y repique: punta talón, punta talón, en el suelo.

Todo es cuestión de un galope y otros artifcios,
pero este reflejo  de sol violaceo y blancuzco es un regalo.

¡Escúchalos, no cantan un himno sagrado,  
son sus giros que nos hablan de dios!

Entonces que no termine el ritual,
que no termine este carnaval de aguas verdosas.

Creo que ya estamos cubiertos de lunares.

Bendito ese moho. Ese invento que todavía no llegó y apenas
entre rumores,  sabemos.



lunes

Poema del elefante arrepentido














casi como un combate
los pies desnudos avanzando
por el barro seco

 ay
gritos hundidos en tus talones
ay
guerra en tus empeines de princesa

Igual, no me aturde
tu andar vagabundo por la casa


 oigo percusión en esa vuelta








Poema de la elefante engañada





quizás alguien logre imitar el trayecto
de la bombacha al piso

todo es cuestión de milésimas

no así el frágil amasijo de cuerpos
y el oh oh oh mi amor



tanteada esa luz
para ambos

no habrá otra narrativa



domingo

Aquí carta


¿Dónde andarás, sensei?
Te imagino jugando al truco entre las estrellas. 
Aceptando, inmutable, un envido con alteza:
"son buenas, ahora pasa el mate que se enfría"
Todavía duele hablarte en presente, es que oigo
desde no tan lejos tu carcajadas y me llega
el humito de tu pucho recién prendido. Te cuento
que por acá la cosa va linda. Estamos reunidos
al rededor de ese fuego que tanto te gustaba. Ahora
entiendo, sensei, eso de la poesía cruda cosida entre amigos.


viernes

versiones


Desayuno / Jacques Prévert

Echó el café
En la taza
Echó leche
En la taza de café
Echó azúcar
En el café con leche
Con la cucharilla
Lo removió
Bebió el café con leche
Dejó la taza
Sin hablarme
Encendió
Un cigarrillo
Hizo aros
Con el humo
Echó la ceniza
En el cenicero
Sin hablarme
Sin mirarme
Se levantó
Se puso
El sombrero
Se puso
La capa de lluvia
Porque llovía
Y se fue
Bajo la lluvia
Sin una palabra
Sin mirarme
Y yo tomé
Mi rostro entre las manos
Y lloré. 


Feca / Ricardo Selles
paráfrasis de Prévert

Echó el feca en la taza, como todos los días,
y lo cortó con chele. Nada fue diferente;
le fajó algo de azúcar, revolvió lentamente
y se lo fue bajando, sin penas ni alegrías. 

Prendió un faso. Pitó. Lo apagó. Tonterías. 
Sin chamuyar parola, sin arrojarme el lente. 
Yo, en el molde y junando, me quedé propiamente
como un gil a cuadritos pensando en todavías. 

Se enfundó en el piloto y sin abrir la boca,
se mandó hacia la yuvia, ahorrándose los besos,
y la fiché olivarse, como quien nada embroca. 

Me volví hacia la mesa, entre chuceando y breca;
un ofri de gran puta me invadió hasta los güesos
y estaba aún caliente su tacita de feca. 


jueves






2.
Estar enamorado es hablar de sus talones,
del tren que iba a su pueblo, del pescado en el patio
junto al cuarto de baño más pobre de mi vida?
Porcelana quebrada entre macetas!
(Tenías el sudor congelado en un prisma
en el fondo del vaso de los hombres
y tu saliva era la cola delgadísima
de ajo de un barrilete.)
Decir que son lo único espeso de su cuerpo!
sus talones de pueblo en sus suecos celestes
-solos juntos a la pata de la mesa-
mientras llueve y tiramos los dados por dinero.
Talones como balas antiaéreas
que nunca tuve libres en mis manos.
Herramientas de acero para empezar a hacerlas!
Superficies de sueño y futuras catástrofes
para dibujar con lápiz una estrella
o una flor de la piedra (algo de las alturas)
porque después de todo hablar de sus talones
es hablar de la muerte amarilla que llevan
hacia un cementerio que aún no existe, hacia
un campo
que por ahora es sólo de verduras o frutas.
Y ella no lo sabía, ella nada sabía!.

Viel Temperley - Carta para marear