Frescura

Frescura
Pero el ruido del mar no se comprende, / se desploma continuamente, insiste / una y otra vez, con un cansancio / con una voz borrosa y desganada.... [Circe Maia, 1932]

jueves

La ciudad es de los pájaros

La ciudad es de los pájaros. De ellos es el atardecer rosado y espumoso. Sus alas baten un poder ancestral. Vuelos múltiples rasguñan el cielo ahora púrpura.
Los pájaros no son dioses ni humanos. No pierden monedas, no aman personas ni añoran viejas épocas. Simplemente, vuelan hacia ellas. Las levantan en pleno vuelo, las sacuden y luego las succionan de un voraz pío-pío. Su único tiempo es el presente, el de la tibieza de una ráfaga que les peinó las alas.
Las aves pían historias en rondas escurridizas. Una lleva un termo invisible bajo el ala y ceba a las demás mates de sol. Así chupan vientos de nadie -de ellas- y ríen de los hombres, pequeñas criaturas sin alas. Por las tardes pueden oírse los cuchicheos.
Su ausencia es el vacío. La ciudad les pertenece como una mujer locamente enamorada. Los pájaros suelen abandonarla de a ratos como un hombre histérico que juega a hacerse desear. La seducen, la pueblan, la encienden y se van. La ciudad sin los pájaros queda desnuda y en celo. Dueña de la peor soledad.
El irse de la bandada encierra un enigma. Rumbea a un horizonte efímero, a ese destino postergable, que en el fondo menosprecia. Sin embargo,no hay más que un deseo debajo de sus plumas: los cables de su amada ciudad. Solo posadas -todas las aves- sobre  ellos descansan anónimas para volver a volar.
J.T




Receta para hacerse de un poema


Tomar la mayor cantidad posible de palabras, estar con ellas el mayor tiempo posible: en la ciudad, en el campo, en el baño, en el empleo. Jugar con ellas mucho rato todas las tardes, todas las mañanas, todos los días, en suma: entretenerlas lo mejor posible, entretenerlas hasta que, por distracción, algunas de entre ellas viren al poema.

Arnaldo Calveyra
Fragmento de Guía para un jardín de plantas
 en Iguana, Iguana

martes

III-COMMUNIO


4.
Incensar la tarde con lo que apronta el corazón.
El corazón, como el muelle donde andan, dormidos,
raros marsupiales. O el tipo aquel, de la bufanda.
Y el corazón, donde un rostro de mujer se estira,
hecho de humo en alborada, allá, contra un cielo
poroso aún, esponjado; espalda de desierta mañana.
El corazón con el crujido de un mueble o de un libro.
El corazón, la gastada palabra, la lavada palabra.
El corazón, abierto a las rutinas industriales,
al costillar de los hechos; el corazón que cuenta las costillas.
Incensar la tarde, limpiar el rincón, tender la cama.

Jorge Aulicino - Hostias

sábado

Cerca (Melodía inconclusa de una pareja)

Él: Ese tipo de ambigüedades le facinaba - como si tomara todas las frases - y jugara con ellas como piezas de un gran rompecabezas. (pausa)
No sabía si era eso lo que le gustaba...
Una permanente sensación de algo prohibido...
Tenía la virtud de convertir los gestos en ...
Tenía la virtud de convertir los gestos en límites de la transgresión.
Muchas veces esto se convertía en algo verdaderamente ridículo o penoso.
Se tenía la sensación de que se estaba cerca de algo parecido al límite - pero ella muchas veces me enseñaba que los límites eran palabras inventadas.
Lo que más me facinaba era la profesionalidad de sus gestos . no había movimientos espontáneos - como un felino que conociera cada uno de sus movimientos.

----

Ella: tuve miedo de que no quisieras seguir. Estaba dispuesta a caminar toda la noche bajo la lluvia acompañándote.

Él: pensaba que mi generación era demasiado abrumadora - tenía miedo de aburrirla con mis depresiones.

Ella: Cada instante - cada momento - me parecía sorprendente -. Nunca podía haber imaginado la poesía de aquella tarde caminando los dos bajo la lluvia torrencial en silencio.

Él: Creo que le dije que a veces los cuarentones aburrimos -. (pausa) Ella no me contestó y tomé su silencio como afirmativo. Sentí una angustia insoportable - como que me desplomaba. Creo que la lluvia torrencial impidió que gritase. (pausa) De repente descubrí que a nada le tenía tanto miedo como aburrir a alguien. - La sola idea de imaginar que alquien se estaba aburriendo conmigo me resulta terrorífico.

Ella: Cuando me preguntabas cosas importantes yo no sabía qué responderte... prefería callar. Sabía de tu ironía permanente frente a la tontería de la gente, tenía horror que pensaras que era una nena tonta - por eso no te contestaba cuando me preguntabas.


Fragmentos de Cerca (Melodía inconclusa de una pareja) de Eduardo Pavlovsky

viernes

...para vivir adentro de las cosas inútiles...


...voy a seguir fumando hasta que baje la luz...


a Iñaki
Son of man,
you cannot say, or guess, for you know only
a heap of broken images
T. S. Eliot
1
saquemos a mamá del cielo y cerremos la ventana
ahora dejemos de jugar y esperemos la llegada de papá
con las manos vacías y ese disparo que le acorta la pierna derecha
se corren los árboles
su voz pasa
bloques de césped cortados el domingo
una docilidad que se repite
gota a gota se repite
se inscribe y se repite
genética de golpes
saquemos a mamá del cielo
dejemos de parir datos inservibles

2
aparte de esta continuidad
no hay planes
camino por la alfombra vuelvo a ver
humo
los vidrios empañados
la vereda de siempre
los mismos escalones contra la humedad de los ladrillos
como si estuviera de este lado de la calle
el aire de la tabaquería rige ahora
lo demás es un pozo tapado
creías ver las estrellas
antes de levantarte de la cama
pero te despertabas y era opaco
te levantabas y era ajeno
ahora yo salgo de la casa y la tierra
contiene los sonidos
el gesto con el que tirás
la ropa sucia en mi conciencia
tu transcurrir de las cosas
yo te recorto de la foto
mientras te acercás a la ventana para ver
la calle con absoluta nitidez:
los autos el cruce de los perros de los hombres
y todo es secreto y discutible
yo buceo tu lengua de encontrar la realidad
para vivir adentro de las cosas inútiles
sigo el humo
entro y salgo del infinito al gallinero
reconozco tu dios
voy a seguir fumando hasta que baje la luz

De Saquemos a mamá del cielo (2010)
Roxana Palacios

martes

Vayámonos al llano


Vayámonos al llano,
no muy lejos, más cerca de lo que ambos creemos.
No esperemos mucho que los minutos duelen en los huesos.
Vayámonos al llano,
para no ser y solo ser silencio,
y así dejarnos olfatear por el viento perruno.
Vayámonos al llano,
Caminemos sobre tierra húmeda descalzos,
quiero expandir el sendero que una hormiga trazó una vez.


Vayámonos al llano, y rápido,
hoy creo que tus ojos están más vulnerables
quizás un recuerdo los abrazó.
Vayámonos al llano, lento y a tientas,
quiero percibir tu caminar heroico y manso.
Vayámonos al llano, con ternura,
a la distancia un monte nos contempla
y tu mano solapada palpó una de mis vértebras.
Vayámonos al llano, para siempre,
ahoguémonos en un charco de lluvia,
mutemos, seamos animales más sencillos,
peces que no le teman a la profundidad del mar.

Julieta Troielli

lunes

Solsticio de a dos

Un día llegaron a donde el horizonte violaceo amaga con desaparecer. Una gaviota los guió media indecisa y sus huellas fueron contando su historia al cielo. El tiempo les había limado las uñas. Las almejas, sus testigos bajo arena. Un envión anónimo, el beso que les arrebató los labios descarnados.

Él abrazó su esencia buscando un niña que le temió a la oscuridad. Sus escápulas se volvieron plastilina. Ya no existían extremidades.

Ella lo miró desnudando al veterano, dejando a un lado las carnes que el sol con cautela curtió. Apareció frente a ella el as del yoyó. Una mano llena de barro y canicas tornasoladas. Esa fragilidad vacilante le encadenó la mirada.

Olas en coro arrimaron el yodo que dibujó el contorno de su amor en la orilla. No hizo falta nada, el mundo se había reducido a una sola sombra. Una mejilla se perdió en un pecho blando. No hubo espuma capaz de apagar tal ardor en esos cuatro hombros que se volvieron un solo par. Palabras inoportunas nadaron lastimosamente contra la corriente. Él fue ella en otra piel, y ella juegó a ser miles de mujeres en un mismo cuerpo. Juntos fueron la marea, y hasta hoy los marea la idea del amor. Osaron escapar -a toda costa u orilla- pero los dedos de sus pies estaban enredados como los filamentos de una medusa, eran algas multicolores.

Julieta Troielli

La hora de inquietud con él no es cruel



Fumar es un placer
genial, sensual.
Fumando espero
al hombre a quien yo quiero,
tras los cristales
de alegres ventanales.
Mientras fumo,
mi vida no consumo
porque flotando el humo
me suelo adormecer...
Tendida en la chaisse longue
soñar y amar...
Ver a mi amante
solícito y galante,
sentir sus labios
besar con besos sabios,
y el devaneo
sentir con más deseos
cuando sus ojos veo,
sedientos de pasión.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.

Dame el humo de tu boca.
Anda, que así me vuelvo loca.
Corre que quiero enloquecer
de placer,
sintiendo ese calor
del humo embriagador
que acaba por prender
la llama ardiente del amor.

Mi egipcio es especial,
qué olor, señor.
Tras la batalla
en que el amor estalla,
un cigarrillo
es siempre un descansillo
y aunque parece
que el cuerpo languidece,
tras el cigarro crece
su fuerza, su vigor.
La hora de inquietud
con él, no es cruel,
sus espirales son sueños celestiales,
y forman nubes
que así a la gloria suben
y envuelta en ella,
su chispa es una estrella
que luce, clara y bella
con rápido fulgor.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.




Tango 1922
Música: Juan Viladomat Masanas
Letra: Félix Garzo

viernes

YO MUERO TODAVÍA

Te lo digo, te lo digo, tienes que creerlo, nos estamos volviendo esta cosa increíble que es el amor, un brazo es un abrazo, las es­trellas más se internan descalzando flores, tus enanos muertos que pisabas ayer tarde, el agua, las aguas aquellas que miramos con un oído atento hacia las caras, sin saberlo, sin saberlo.
El viaje largo presentido, larguísimo callado, la casa por la copa de los álamos, el lado de sombra de tus ríos, la pandorga alta que­ridísima entregada con una mano, aquella palabra que llegó una tarde a pasar la vida con nosotros.

Encendido por el viento, ningún manantial pisa la tierra, el amor había nomás que darlo todo, si no ¿quién habría de quedarse en casa cuando ya todos nos hayamos ido?, invierno de aquel año en que moríamos de niños, nada cesa pero el amor no cesa, ¡qué mineral, cuánta greda en un fantasma!

Yo sé, tienes que creerlo, yo muero todavía, ya me animo al amor con los ojos abiertos, yo lindo todavía, alambrada mía, río de sonda que me paras en dos patas de conseja camino hacia tus bo­cas, dame de esas lámparas que pasan, de esas estelas que se apagan al hallarse, llévame para siempre conmigo fuera mío, no dejes que yo entre más en tantas casas sin hallarte, los mil dedos por noche de mis manos, laberinto que no extravías al que abre la boca sin su grito mudo, escucha, no escuches a las alas que no coinciden al cerrarse, nos estará, sí, ya gozando la inolvidable muerte.

De Iguana, Iguana
Arnaldo Calveyra

lunes




No tengo mucho tiempo, ni ganas de escribir. Quizás si, pero hay algo que no quiero decir. En este intante siento un gusto amargo en la lengua y un leve pero persistente dolor de cabeza. Tendría que-... tantas cosas tendría que hacer que no tengo ganas. No creo que sea cuentión de ganas tampoco. Es algo así como cuando te cansás de jugar a las escondidas porqué intuís que el que cuenta ya sabe todos los escondites habidos y por haber, o que nunca existieron escondites. Y lo más importante: el que cuenta vendría a ser el  Señor Destino -o como quieran apodarlo.


No estoy tratando de ser sarcástica, ni poética, ni realista. Simplemente estoy tratando de no ser. Hay algo que hace tiempo caduca cada un tiempo promedio de 3 o 4 meses. No descubrí todavía qué es, pero caduca. Muy parecido al anti-virus de la compuadora. Ahora que lo pienso, en todo sentido. Estoy hasta de intalaciones eternas, procesos que me desgastan energía, para estar "cubierta". Siempre aparece un virus nuevo, siempre. Hay gente que se dedica a crearlos, no son virtuales!!! Seguro que por eso perdí las ganas y alguna otra cosa más que no me quiero dar cuenta. No estoy deprimida, ni malhumorada. Estoy con ganas de romper algo y no pagarlo,  de contestar mal y no ligar una cachetada -o poder responderla más fuerte-, de escribir para el orto y que nadie me corrija. Dicen que cuando uno carece de algo, este vacío se sublima con alguna capacidad nueva. Yo, sinceramente, a menos que me esté volviendo experta en algún tipo de meditación Zen apocalíptica, no siento que este estado me esté dando nada nuevo y, mucho menos, bueno. O si y no me doy cuenta. Darme cuenta de las cosas está bueno hasta ahí. No creo en las personas que dicen que prefieren la verdad de frente. ¿Le gusta vivir recibiendo bofetadas de todo el mundo? No lo creo. Lo intenté pero es demasiado duro. Además, no me banco los correctitos, si despectivamente lo digo. Hoy estoy re mala. Los que soportan todo me da la impresión que les hacés un pique con un cincel y se desarman. Y de última de que te sirven las críticas "constructivas", para ser mejor que quién... Me gustaría agarrar esa crítica-ladrillo y tirarsela por la  cabeza.

Productos importados. Me parece que estaba buscando en la góndola equivocada. Simplemente eso. El chango está demasiado lleno o vacio, a quién le importa. La cola es considerablemente larga y la carne en las heladeras está podrida. Cómo carajo llegue a este supermercado? Si voy al chino de la otra cuadra puedo conseguir todo por la mitad y aparentemente en condiciones. Na, tampoco. Me cago en el hambre. El voraz.




Chau. Siempre me gustó decir: hasta nunca.

sábado

Carta de Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar sobre la muerte del Che

París, 29 de octubre de 1967
Roberto, Adelaida, mis muy queridos:

Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla, comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirando esas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones. Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del télex y lo que pasa con las palabras y las frases. Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi, la sustitución de lo insustituible. El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en París encontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuenta palabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como si uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento. Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me averguenza porque hablo de mí, la eterna primera persona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antes de tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Adelaida, a todos los amigos de la Casa. Y para ti también es esto, lo único que fui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.

Che
Yo tuve un hermano.

No nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Adelaida. Hasta siempre,

Julio

Julio Cortázar
"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos."

jueves

Ma


mamá

Vos sos el sentido, mi raíz, el abrazo, la guarida.
El ser que más amo y más odio.
Una escollera que resiste las olas de mi juventud irreverente.
El agua de la canilla que alivia la quemadura.
La crema en el café.
El primer rayo de sol que se cuela en mi perciana.
Esa mano desconocida que acaricia al que llora.
Un paseo en bicicleta en una tardecita de verano.
La siesta de las 2.
Un mate con tortas fritas recién hechas.
La sombra del limonero.
Encontrarse dos vaquitas de San Antonio el mismo día.
Una cucharada del dulce de quinotos de la abuela.
Una ruta vacía e infinita.
Música familiar, esas melodías que no sabemos el nombre.
Una foto que nos hace volar.
Todos los zoológicos que visitamos de chicos.
Un oso de peluche sin un ojo y relleno de garbanzos.
Tus sopas de vitina, ma.
Tus manos. Tu piel. Tus lunares, Tu naríz. Tu perfil. Tus ojos y en el fondo esa mirada que transforma un catamarán en un barquito de papel.
Seguime curando las lastimaduras que me re-lastimo cuando me pica un mosquito.

Quiero te mucho de pensaba lo que más. Ahora recién doy me cuenta.

martes

No puedo más

Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo.
Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo.
Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo. Quiero borrar todo.

lunes

DA-DOS-DA / DOS-DA-DOS

Qué ganas de abrazar[te] el
misterio de tu perfil hasta asfixiar tus aires
de mago ilusionista.
Estoy ESPELUZNANTEMENTE loca.
Arte/saneando mi vida ando
y no me sale. O me sale mal.
etcétera, etcétera. Me siento tan estúpida
al escribir/pronunciar/pensar/
modular/susurrar la palabra:
AMOR. Creo que no me creés capaz
de conocerla. Wachito de morondanga.
Tal vez, en eso no
tenés razón. Já. Tal vez sí. Oh.
 Tengo ganas de
salir a caminar por ensima
del H2O de un lago
de algún jardín japonés, cortar una
flor de loto y posarla en tu boca.
Así dejas de hablar y empezás a HABLAR.
Si no voy a tener que incrustarte una ranita bebe en la oreja para que te repita
un poema de Quique Molina
y te pongas un poquito cachondo y después, los tres [vos, yo y la ranita -la podemos apodar Nelson o Miranda, como quieras.] escuchemos jazz, comamos uvas y tomemos café y más café y una copita de licor,
o un poco más...
y bailemos bajo un rayo de luna [cuatro baldosas y media,
sin pisar las rayas y sin la ranita]
No te quiero ofender, pero me da muchas cosquillas tu mano en mis espalda
y siento que voy a vomitar diez luciérnagas [que no son curiosas, yo diría
bastante malditas y solo un par
delicadas].
Por último me miras, pero con ese ojo medio
bizco que tenés en la nuca, sonreís
y me llevas lejos, muy lejos,
ahí donde el dulce de leche
sale a borbotones de
los caracoles y la espuma del
mar sabe a milk-shake de frambuesa.
Chin-púm.

Seré una tumba



"Nos estamos volviendo esta cosa increíble que es el amor"
Arnaldo Calveyra - Iguana, Iguana



Nos estamos volviendo esta cosa increíble que es el amor.
Las duchas nos enjuagan las manos, los infinitos dedos de luna que abrazan nuestra vulnerable humanidad. Somos los brazos de una estrella fugaz. ¿Me creés?
Mutaron las miradas, mutaron y migraron lejos las golondrinas de tus pestañas, frágiles y caprichosas. Sabría que decir si no me miraras así. Tu iris altanero me interpela el corazón.
Entre estornudos y toses, un armónica oxidada escupe secretos que nos dan pudor. Las palabras nos desnudan contra nuestra volundad.
Y tu respiración, némesis de un mimo embarrado, me hace sentir viva, latente. Hoy sos el sueño del hombre que soñé.

¿Qué apena tanto a ese tortugo que arrastra su caparazón dorado por el tiempo? ¿Un deja-vú?

Por encima del cielo, la parra sin uvas suda un vino espeso y diáfano
que embriaga nuestras bocas. Lenguas sedientas de un pasado verosímil; yo, tu, yo y Ricardo.
Y la hojarasca que más tarde se disuelve en un charco de rocío cruel, ¿Seguís ahí?
Por momentos siento que te no fuiste, pero te vas y tu piel hace las veces de biombo.
Solo tu tacto me tranquiliza. Ricardo nos mira. El sol se asustó.

Contemplación.

Sus hombros se hicieron un solo par de hombros salpicados de lunares del color de un arroyo seco,
Sus ojos se perdieron en un caleidoscopio de sensaciones, muy distintas a las que imaginaros alguna vez,
Sus espaldas se escamaron de repente defendiéndolos de un viento que los quiso separar
Un pie, no se sabe como, pateó la bolsa de agua caliente y supieron que no habría fin si detenía el tiempo. Silencio. Palpitacíones mudas. La adrenalina del no saber si es la última vez. Una mosca le susurró su destino.

Dentro.
El baño de testigo. Azulejos ámbar y petróleo intentando imitar sus sombras. Un grifo abierto que llora su ausencia. Y la vacilación de una puerta vulnerable a las polillas del tiempo, que no los vio amarse nunca jamás. Quizás, solo cuando sean niños se volverán la historia que alguien sin querer olvidó.

J T


sábado

Enamorada del muro [perciana entre abierta]

Buenas tardes blog. Qué día de mierda. No quiero escribir, pero sin embargo estoy acá sentada tipeando. No se que carajo siento, pero siento algo que me quema adentro. Mientras pienso froto los dientes. Me voy a quedar sin. Sería bueno convertirme en una vieja con arrugas y sin dientes, a veces lo pienso en serio. Levantarme y darme cuenta que estoy en una casa con un patio lleno de macetas con malvones y geranios, una regadera que me espera como todas las mañanas y el viejo con los mates lavados con su típico "Buen día viejita, ¿Cómo dormiste?". Despertarme y que todo sea natural, como si hubiese sido así toda la vida. Mirarme al espejo del baño y peinarme mi largo cabello canoso como si fuera lo habitual.Tomarme unos buenos mates -esos que se seban con amor- con el viejo, podar la enamorada del muro que está bastante desprolija, comentar las noticias del día, algún recuerdo de cuando éramos jóvenes... Hablar de esas épocas doradas de las que hablan siempre los viejos, que seguramente estan plagadas de inventos, parches y personajes pero que tan felices hacen a ellos y a su amigos cuando las escuchan. Quiero tener una nostalgia rebozante y una historia para contarle a cada uno de mis nietos...


No tengo ni ganas de concluir esta entrada. Solo pensaba en eso. Pronto te contaré sobre mi nuevo amigo al que todavía no le encontré nombre.También Tadeo quiere vomitar algunas verdades o mentiras, no se.

DESPIDOME-