Frescura

Frescura
Pero el ruido del mar no se comprende, / se desploma continuamente, insiste / una y otra vez, con un cansancio / con una voz borrosa y desganada.... [Circe Maia, 1932]

domingo

Partida de dominó


Hoy jugué al dominó con mi viejo,
le gané. Fue muy significativo.
El pensó más que yo cada jugada
pero la suerte estuvo de mi lado;
quizás así sea en la vida:
los padres pierden contra sus hijos
por mala suerte. El azar dice
una verdad lastimosa en un lenguaje lúdico.
Los hijos nos creemos ese destino,
soberbios o confundidos,
humillamos a nuestros padres.
Nos gusta ganarles
y eso duele.

5 comentarios:

  1. El otro día lo invité a mi papá al teatro. Le jugué quien invitaba a quien ahora. Los hijos queremos ser la versión mejorada de nuestros padres? o no los queremos defraudar?
    Creo que tu viejo ganó también, porque vos ganaste.

    ResponderEliminar
  2. Hola.
    Mi nombre es Daniel de Llanos. Soy un apasionado lector de poesía. Tengo "literalmente" miles de libros sobre el tema. Y si te contara un par de cosas sobre ello, directamente te sería muy difícil creerlo, o raro, o por lo menos nunca jamás oído... Pero bueno, esa es otra historia.
    En los últimos tiempos me gusta buscar y leer blog de poesía (para ver que se está haciendo), y por casualidad o azar llegué al tuyo, donde me detuve primeramente en Mario Trejo, a quien conocí y hablé un poco con él (de poesía, por supuesto). Y dándole una mirada a tu blog (que entre paréntesis, me parece muy bueno, por sus poemas) leí un texto que me llamó mucho la atención, el llamado "partida de dominó"; como también el comentario al mismo.
    Porque casualmente yo escribí algo sobre la estética y meta psicología de "los que pierden". (Yo soy un eterno "perdedor", te adelanto). Y me gustaría comentar tu poema, dado que a la luz de dichos escritos y observaciones y reflexiones encuentro una tercera interpretación a la dada en tu poema, y en la del comentario. O sea: Vos decís que fuiste la ganadora. El comentario dice que ganaron los dos. Pero yo creo que hay una tercera posibilidad (más cercana a la segunda visión, pero que ahonda un poco más en el fenómeno) Y que para mí podría ser la verdadera. Aunque a vos te parezca extraño que alguien totalmente "de afuera" cometa la impropiedad, o la insensatez, o la irreverencia de querer contradecir o cuestionar lo que vos viviste de primera mano.
    Pero, bueno, el mundo es raro, ¿no?.. Y mi interpretación puede justificarse de varias maneras, que además, como te dije, he escrito sobre ello.
    Pero no puedo seguir exponiéndote cosas sin tu permiso; ya que no quiero cometer una intromisión en tu blog. Si me dieras expresamente ese permiso, yo con todo gusto pasaría a exponerte mi opinión.
    Te mando saludos.
    Daniel de Llanos

    ResponderEliminar
  3. Hola, Daniel. Gracias por tu comentario.
    Me interesa mucho tu visión, pero no me tenés que pedir permiso. Acá podés exponer lo que quieras. Te leo:

    ResponderEliminar
  4. Hola estimada Julieta:
    Gracias por tu aprobación.
    Me puse a pensar en los puntos que expondré y veo que, dada la importancia que tiene el tema (ya lo verás), el escrito se hará un poco más largo de lo acostumbrado; ya que los nuevos ejemplos que pondré los puedo usar en otras ocasiones.
    Y recién mañana, que tengo libre, lo redactaré. Luego, probablemente, deje "reposar" todo durante un día (para corregir posibles errores, si los hubiera); de manera que el jueves estaré subiendo la nota a tu blog.
    Mientras tanto te adelanto que me equivoqué en el comentario anterior diciéndote que yo "encuentro una tercera interpretación" y que "yo creo que hay una tercera posibilidad". Lo cierto es que PUEDO AFIRMARTE CATEGÓRICAMENTE, SIN LA MENOR POSIBILIDAD DE DUDA, QUE ESA TERCERA POSIBILIDAD EXISTE.
    Pero tendrás que esperar al jueves para verla (si es que no la descubrís antes por vos misma, ya que es MUY SENCILLA Y UNIVERSAL).
    Es más, existe también una cuarta posibilidad lógica, pero muchísimo más infrecuente, con la que hasta se podría escribir un cuento o relato, tipo borgeano, y que yo te invitaría a que lo hagas vos... porque yo no suelo escribir ni cuentos ni ficciones, pero quizás vos sí (o si no, otro escritor).
    Esperame el jueves entonces.
    Daniel de Llanos

    ResponderEliminar
  5. ADELANTO DE NOTA
    Estimada Julieta:
    Según mi visión, no es que "los padres pierden contra sus hijos por mala suerte".
    No. Yo no lo veo así, en general. Y no es que quiera contradecirte (en todo caso podría ser así sólo como expresión poética, pero no en la realidad). La "mala suerte" tiene muy poco que ver en este asunto.
    Todo "resultado" obedece a un proceso, o a una explicación (si quiere mirárselo como "ciencia"). Aunque el proceso mismo sea más o menos azaroso, aleatorio, probabilístico, o "estocástico", para decirlo con propiedad. En esto, como en todo, se verifica una sucesión combinada de hechos "positivos" y "negativos" (si así los calificáramos), pero esto no significa que en el hecho intervenga la “buena o la mala suerte”. La suerte no tiene nada que ver. Ese es un juicio poético, nada más que eso (y admitiendo que la poesía no es “ciencia”, sino más bien fantasía...) Pero si queremos "comentar" algo debemos resignar un poco la fantasía para ir a conceptos más precisos (porque si no, ¿para qué vamos a "comentar" algo, respondamos con otro poema y chau, ¿no te parece?)
    Desde este punto de vista, la situación esa de los juegos entre los padres e hijos, ese proceso,
    no escapa, por supuesto, a lo general: Puede racionalizárselo, tiene una psicología, una metafísica, y también, una estética.
    Lo "único malo", es que la explicación es un poco larga. Pero yo voy a resumir algo de todo eso, ahora y aquí, y hasta con un "tinte poético", que es lo que más nos debe gustar a los hacedores de poesía.

    Los padres pierden contra sus hijos porque a cierta edad de los hijos (en general, mayormente a cierta edad, como la que presumo debés tener vos ahora, de acuerdo a tu foto -tu hermosa foto; realmente sos hermosa…-) los progenitores NO QUIEREN GANAR, SE RESISTEN A GANAR, no tienen el real deseo de ganarles a sus hijos (de esa edad, repito), no tienen esa voluntad de ganarles, no les resulta atractivo ganarles, y hasta lo ven perjudicial y aún malo.Y se tiran a menos... Y muchos directamente quieren perder, lisa y llanamente; dicho "de una". Así como lo oís, y aunque te resulte sorprendente. Por supuesto, es difícil que lo admitan, por otra parte algunos de esos procesos son inconcientes. Pero que dichos procesos (concientes e inconcientes) existen, es real, y demostrable.

    Vos te preguntarás, ¿como es posible esa locura?... Y si no me habré escapado del Borda...
    Yo te respondo que es perfectamente posible eso (más aún, sería catastrófico para la humanidad que no fuera así) Y es demostrable como te dije… Y te lo demostraré; en la nota general que te enviaré donde analizo el fenómeno a través de (según veo yo) cinco facetas en que se desenvuelve la acción lúdica entre padres e hijos, que son, a saber: 1) el padre y el hijo en la infancia. 2) el padre y el hijo en la niñez y hasta sus "teens" , 3) luego al aproximarse la mayoría de edad del hijo (que sería donde estás encuadrada vos). 4) en la adultez del hijo, y finalmente, 5) cuando el padre ya está en declive, y el hijo adulto... En todas esas facetas se dan distintas particularidades, como lo verás en los próximos días cuando te haga llegar el escrito (si es que te sigue interesando; por supuesto).
    No te lo doy ahora por el excesivo trabajo que cuesta tipearlo. Pero en los próximos días estará listo.
    Te mando saludos.
    Daniel de Llanos

    ResponderEliminar